sábado, 7 de mayo de 2011

Hoy toca ser feliz.

Es imposible escuchar esta canción (la de abajo) sin tener ganas de ver a mi sobrinita bella: Adriana. Cuando la escuché por primera vez, hace más o menos dos años, sabía que ese día nublado no tenía que ser tan gris como de costumbre, y que había alguien que me necesitaba alegre. Llegué a casa y Adrianita estaba triste. Parecía que había llorado bastante. Le hice un par de bromas y nos reírnos como media hora por un chiste recontra monce. Después éramos dos niños de once años jugando a ser detectives, echando harina por todo lado para detectar huellas digitales. Luego éramos cantantes profesionales, y nuestra audiencia —una solitaria gata— nos veía confundida, tal vez tratando de reconocer esas caras rojas que se reían a más no poder. Luego nos metíamos en la tele y ella era Hannah Montana y yo Jackson Stewart. Ella era zac y yo cody.






Al final del día ella era ella y yo era yo; le di mi MP4 y le dije: te dedico esta canción. Y pensé “si algún día tengo una hija, espero que sea como tú” pero después de broma en broma y poniéndome en el papel, esta vez de Charles francis Harper (el de Dos Hombres y medio), le dije: por tu culpa ya no quiero ser papá. Y nos reímos más aún.




J. Edgar



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