sábado, 7 de mayo de 2011

Mis queridos viejos

Necesito que rían, porque quiero que vivan mucho tiempo y quererlos cómo no he sabido.

Necesito mantener esa imagen de ustedes para siempre en mi mente, y ver a mi viejo un domingo en vaqueros, polo blanco y sombrero, trabajando en el jardín; tempranito, cuando el sol hace brillar las gotas que se posan en el higo y la magnolia. Siempre con esa sonrisa reconfortante.


Y ver a mi vieja acariciándome hacia atrás el cabello, mientras me tiene en su regazo susurrando cuanto me quiere, tatuando para siempre su olor en mi memoria; en ese segundo infinito cuando la edad pierde relevancia y te vuelves pequeño e inofensivo como un recién nacido.


Viejo, necesito saber que seguirás haciendo reír a la vieja con las muecas exageradas que acostumbras.


Vieja, necesito saber que seguirás metiéndole tubos de papel a la boca entre abierta del viejo mientras duerme en el sofá; porque tu risa es contagiante y seguro que al final los dos reirán.


Necesito que se cuiden entre ustedes, porque son ustedes un ingrediente fundamental para su felicidad y tranquilidad; porque quedarán solos en la casa donde vieron crecer a sus hijos y que ahora vuelan con las alas que nos dieron. Pero a donde yo vaya, mi hogar está donde estén ustedes.


Feliz cumpleaños viejo. Feliz día ma.


Atte. José E.

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